SERAPIO, VETE A ECHAR UN PIE QUE AQUÍ TE ESPERAMOS SIEMPRE
Una triste noticia sacudió este domingo a la ciudad del yayabo, Gerardo echemendía Madrigal, Serapio, falleció.
Ese hombre menudo de piel morena al que nunca podremos olvidar porque su música es tarareada por no pocos espirituanos, cubanos y extranjeros. El mundialmente conocido estribillo si tu pasas por mi casa lo inmortalizó como tantas otras melodías.
Su voz rajada, el sonar de las maracas aun se dejan escuchar en esta ciudad que tantas veces lo vio subir al escenario junto a su coro de clave, ese que por muchos años hizo agitar las palmas del público.
Las calles de esta legendaria ciudad llorarán eternamente por la ausencia de quien con su ir y venir, periódico bajo el brazo, dejaba escapar una sonrisa nerviosa, una mirada escurridiza y un saludo sencillo.
Aunque allí estará, cerca del parque central, gracias a las manos del escultor Félix Madrigal quien tuvo la excelente idea de inmortalizarlo en vida en esa escultura que todos tienen que apreciar.
Ya no estará junto a ella para causar un impacto en cada transeúnte, ya nadie podrá decir: ese hombre es el mismo de esa estatua. Ahora todos diremos ese es Serapio, el maracareo del coro de clave.
El hombre que desde muy joven se unió a músicos que hicieron historia aquí, el que conoció a teofilito, el compositor ingenuo, falleció a los 86 años de edad pero su méritos serán siempre respetados como miembro de honor de la cultura espirituana dentro de la cual llegó a ser integrante de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, merecedor de la medalla Raúl Gómez García y la Distinción por la Cultura Nacional.
El coro de clave, único de su tipo en el país, no abandonará jamás de su repertorio esos pasacalles que con tanta alegría invadieron las calles de su ciudad, fundamentalmente en tiempo de santiago.
Ahora mismo revolotean sus melodías: Vamos mulata a gozar, Buenas noches amigo mío, Salió un lucero, Baila muchacha y otras tantas composiciones.
En estos momentos en que su cuerpo yace frío, salen de su corazón los latidos de esa rumba universal Si tú pasas por mi casa y si ves a mi mujer tu le dices que hoy no me espero que yo pa un pueblo nuevo me voy a echar un pie….
Así te queremos Serapio, así de humilde, así de ingenuo, siempre modesto, siempre contento.
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